Ser ilustradora, madre primeriza e intentar manejar la organización de la vida laboral y familiar está suponiendo uno de los mayores retos de mi vida.
Empiezo fuerte porque el tema lo vale. Y spoiler: no me veía capaz pero se puede, o mejor dicho: se intenta. Agárrate fuerte.

El principio y mi huracán emocional
Me hace especial ilusión contaros un poco el comienzo de todo, ahora miro para atrás y… allá por abril de 2024 ya me había cambiado la vida sin saberlo. Shock absoluto y mucho miedo.

Siempre he sabido que quería ser madre, pero mmmm nunca he sentido ese espíritu / instinto maternal a FUEGO a edades que se supone que debería, pero algo me decía que era “el momento”, que tener mi familia sería lo más colorido del mundo. Cumplí 35 y no soy BENJAMIN BUTTON pero bueno, veía una “”””””estabilidad””””” (ser dibujanta es raro si lo cuentas en voz alta), el relojito de las narices y esas chorradas de la sociedad hicieron mella en mí. Tenía que florecer sin miedo, o eso sentía.

Yo quería ser madre, solo que en realidad no lo quería reconocer por el PAVOR que me suscitaba imaginar mi vida del revés, no visualizarme cambiando pañales o siendo pues eso, una BUENA MADRE. Una locura.

Creo que en cierta manera no me esperaba que fuera tan rápido. Pero leí que los bebés eligen a sus madres y aparecen también cuando más los necesitamos. Eso ha hecho Miguel conmigo, me ha hecho mil veces mejor de lo que era. De hecho, es una criatura tan tranquila y en paz, que ha conseguido que yo me tome la vida de otra manera. Hay que ir más despacio 🙂
Y tras un embarazo que me guardé en secreto en redes (soy una MAESTRA EN ELLO) se acercaba el momento. Yo entrenaba en el fisio, comía POQUÍSIMO y trabajaba. Os dejo algunas fotos, va:





Y la vida estalló un 4 de enero por la noche. Empece a ver las estrellas y el 5 de enero a las 6:46 tras un poquito de roscón y rajarme de ver la cabalgata, nació Miguel a toda velocidad en un parto natural de estos de peli, sí. Salimos corriendo a todo trapo y doloooor, jajaja.

Miguel nació antes de que los Reyes entraran en casa… porque él es así, un tipo 5 estrellas y con prisas por ver los regalos, por ello tenía que llegar antes. Lo que no sabe todavía es que el regalazo de mi existencia era él: Mi niño bonito, mi colibrí.

Y nos fuimos conociendo poco a poco. Una pasada.

Posparto. Primer y segundo mes
Miguelinchi es bueno por naturaleza “bebé trampa” de manual. Nos lo ha puesto fácil. He sentido de todo… ansiedad, tristeza, felicidad extrema, miedo, alegría, bailes de salón y ganas de chocolate, jajaaj tooooodo. Pero he de ser sincera de nuevo: NO VALGO para maternar sin trabajar aunque sea 15 minutos al día. Me he sentido perdida, fuera de mi propia vida y me ha costado reconocerme. Me desenamoré de mí.

Perdí mis colores algunas semanas, pero encaucé todo: necesitaba hacer deporte (volví a entrenar en el fisio con mi Carmen :)) y trabajar, al menos… 1 hora al día. Tenía que aprender a organizarme y a no obsesionarme. Os digo más, tuve que empezar a comer de nuevo, llevaba 9 meses sin probar bocado apenas y en fin, he adelgazado mucho y había perdido ciertas rutinas básicas como la de CENAR sin montar un circo por comerme una manzana. No tenía energia ni músculos para sostener la vida. Me puse a tope con cada parcela de mí que fallaba para ser la mejor versión para Miguel.


Este proceso ha supuesto desencuentros con el mundo y conmigo misma. Pero ahora que Miguel tiene casi 5 meses, miro para atrás y me siento orgullosa de esa versión de mí. Fui valiente y me pinté los labios a pesar de todo, jajaj.
El plan: mejorar Vé Design lentamente a escondidas (Miguel tenía 3 y 4 meses)
Me propuse mejorar el sistema de stock y pedidos de tiendas, ordenar y tirar cosas de la sala en la que trabajamos, buscar algún punto de venta nuevo, responder emails, ayudar a Juanma en pedidos puntuales y dibujar algunas ciudades. No creé contenido porque durante el embarazo grabé y edité alrededor de 100 reels 🙂 EL VERANO FUE ETERNO, jajajajaja

Lo que he dejado de hacer con todo el dolor de mi corazón casi hasta día de hoy son los trabajos personalizados 🙁 no dispongo de ese tiempo y no es un trabajo que pueda controlar con Miguel cerca, jajaj. Todo volverá.

GRACIAS
He de reconocer que hubo días que no hacía absolutamente nada porque lo sentía así o estaba cansada, pero los objetivos existían y eso me reconfortaba. Por eso tía, TEN SIEMPRE UN PLAN DE ACCIÓN. Así empecé y ha sido la manera de remontar conmigo misma en esos meses tan “raros” y “nuevos”.
Pautas y consejos que me han servido
Paso a enumeraros de forma sencilla algunas cosillas que me han servido para organizarme como ilustradora, y así poder ser un pelín más productiva, mejorar la calidad de mi trabajo y tener un buen balance entre mi vida personal y profesional. Os juro tías que si sois como yo, un poco… novias enamoradas absolutas de vuestro proyecto, os servirán como a mí.

- Si tenéis un proyecto importante, desglosadlo en partes más manejables (esbozos, color, detalles, revisión, etc.) y estableced un plazo para cada tarea. Si es algo más administrativo, nosotros lo hacíamos por semanas (el caso de las tiendas por ej, revisar 3 cada semana o menos)

- Usad un calendario: Ya sea digital o físico, os ayudará a visualizar mejor las fechas límite y compromisos. Podéis usar aplicaciones como Google Calendar o los calendarios VÉ DESIGN, ajajajajajajaj (vale, ya paro).

- Adaptad los horarios a las necesidades del bebé: como primerizas, bien sabéis que los bebés tienen un horario irregular. ¿Lo mejor y más obvio? trabajar cuando duerme o está tranquilo, incluso si son periodos cortos. Yo doy el biberón, así que mis días se estructuraban en 3 horas antes del siguiente asalto. Mientras, Miguel dormía (esto me servía a mí porque mi bebé era muuuuy tranquilo), entiendo que hay diferentes circunstancias.

- Rutinas y horarios flexibles: A medida que el bebé crece, he visto que van surgiendo nuevas TEMPORADAS Y CAPÍTULOS, jajaja. Aún así, os aconsejo que sigáis con esa flexibilidad horaria. Algunas tareas pueden llevar menos tiempo de lo previsto, y otras pueden tomar más. Nosotros trabajamos mejor por las mañanas, por ejemplo.

- Ayuda: si tenéis familiares o amigos cercanos dispuestos a ayudaros, no dudéis en aceptar que os echen una mano, incluso si es solo por unas horas. Esto os permitirá concentraros en los proyectos de ilustración (o cualquier otro) sin sentiros abrumadas. Sé que suena muy típico, pero las guarderías o los familiares aunque sea unas horas, salvan movidas laborales.

- Considerad outsourcing: si vuestro negocio lo permite, es importante delegar algunas tareas administrativas (como gestión de redes sociales, atención al cliente o contabilidad) a un freelancer para que os podáis concentrar en el trabajo creativo. Nosotros tenemos a Lesly con tema pedidos y a los chicos de la web llevando toda la programación y me ayudan estos meses con el blog y a resolver mil dudas.

- Sé honesta: Si vuestro ritmo de trabajo se ralentiza por ser mamás primerizas, no dudéis en compartirlo con el mundo, tías. La autenticidad suele generar empatía y apoyo, yo he sentido un amor y comprensión indescriptible al compartirlo en redes y con mi círculo más cercano. Además, podéis aprovechar para mostrar vuestro proceso creativo o compartir momentos de vuestra vida como mamás caóticas, jajaj. Nosotros compartimos cositas como estas:


- Programar publicaciones: A mí me ha venido genial tener mucho contenido creado previamente, además, hay herramientas de programación (como Buffer o Later) para planificar las publicaciones con antelación y no tener que estar pendiente de las redes cada día.

- Cero presión. Ha habido días que me he tirado de los pelos y me he frustrado por no ser la de antes… y en fin, miro hacia atrás y pienso: BASTA TÍA, esta etapa es INCREÍBLE. A disfrutar, que crecen a toda velocidad 🙂 Miguel me necesita y yo a él, de ahí que insista tanto en ser consciente de que eso es lo importante, lo demás, irá saliendo.


Y hasta aquí el principio de esa aventura. Sé que seguiré cometiendo errores, que la pifiaré y me miraré raro a mí misma. Pero ahora todo es, si cabe, más brillante y colorido. No te cambio por nada, rati. Gracias por hacerme más y más valiente. Ojalá leas esto algún día y te puedas sentir al menos feliz y lleno de acuarela, vamos… un poquito orgulloso de este cuadro de familia que hemos creado.
Te quiero
Os quiero, tías
Pd: hagas lo que hagas, está bien. Esta es tan solo mi experiencia y visión de todo esto. No te sientas juzgada, eres LA MEJOR MADRE PARA TU BEBÉ. Esa frase me la dijo una amiga y me la tatué a fuego cada día. Estamos haciendo algo grande 🙂

Vera